RUTAS Y SALIDAS A LA NATURALEZA

Hay una distinción clara entre la historia que forma parte de nuestra experiencia inmediata y la que nos llega indirectamente a través de documentos, archivos, publicaciones o medios audiovisuales.  Gran parte de la historia viva la guardan nuestros mayores, desvanes latentes de la memoria que tienen en ello un motivo más para ser respetuosamente escuchados.  Esto es, a grandes rasgos, lo que nos cuentan algunos de ellos por tradición heredada de padres a hijos:
En el siglo XVIII, un maltés que vivía en Conil vendiendo quincalla

por la costa, fue el primero que llegó a Barbate. Este maltés, que llamaban Malia por su origen, sería el primero de una larga generación de barbateños.
La narración, que ha sido transmitida oralmente, carece de fundamento y lógica, pues en Barbate hubo una continuidad de población a través de los siglos y es dudoso que el apellido Malia, tan común por otra parte en Barbate, proceda de Malta.
El apellido Malia está íntimamente relacionado con los orígenes de Barbate. Es, junto al apellido Varo, el que  identifica a los Barbateños y Barbateñas fuera de sus fronteras. Según algunos historiadores el apellido Malia es originario de Creta, donde existe una ciudad llamada "Mailia". Los Malias registrados más antiguos datan de mitad del siglo XV, en forma de varias familias residentes en la isla de Malta, lo que hace pensar que su asentamiento tuvo que iniciarse ya en el siglo anterior.
El apellido Malia es numeroso en Italia y en Grecia, donde tuvo su origen.  Hay registros también en Irlanda y Estados Unidos.

Otros historiadores, en cambio, retraen el nacimiento de Barbate a la llegada de los Romeu y los inicios de la almadraba barbateña, a fines del siglo XIX, hacia 1880.  Desde esta fecha tenemos ya datos que nos demuestran que Barbate era ya una entidad. En estos años jugaron un papel importantísimo en el crecimiento económico del pueblo la familia Romeu.  Ellos impulsaron las almadrabas, que anteriormente a ellos habían decaído totalmente.